miércoles, 19 de septiembre de 2012


Tenía respuestas para nada, preguntas para todo y una sobredosis de efímera certeza de etiqueta.
Tenía esperanza marchita en el tarro de las esencias de tu olvido. Tenía tantas dudas como besos de corta y pega.
Luto de alquiler, corazón en bruto. Sábanas blancas de alivio y martirio. Una mirada vacía, otrora esquiva, otrora valiente, otrora caliente.
Tenía que tener contigo, pero tuvimos que recordarnos el resto del camino.
Enséñame a no perder la cabeza, a comulgar con la almohada, tus besos. Con el momento del fuego, del cerro y el abrigo al invierno.
Porque si no serán demasiadas esperanzas puestas en nada, demasiados cuentos de hadas, demasiado frío en la cama. Será la diosa primavera adorada por paganos perennes, por castigos caducos, por carchos de

Por eso prefiero bueno por conocer que malo conocido. No tengo miedo a besar otro cielo ni vivir en otro ombligo. Ni que decir tiene que me sobran tientos de apostar lo perdido, del negro y el rojo al blanco y tú, mi banca, mi destino.
Perdido, entre bambalinas de errores, entre productos del deshielo de un mal acierto, de vivir con poco nervio...
Tanto de ti, como de nada. Tanto deseo como ganas.
Tantos sueños secuestrados al albor de la madrugada perdida entre mis manos y tus horas bajas.

Desventajas de que apagues. Mi felicidad se pone en entredicho. Y es que depender de alguien tiene su precio, pero el cielo no es cielo sin estrellas. Ni las rocas son tan duras si te paras a rendir cuentas con ellas.
Ya sabes de qué va esto. Yo escupo, tú pisas lo que siento. Yo sufro y a veces padezco. Vienes, y marco la diferencia. Mientras te vas, me das la espalda... no te muerdo el culo, pero mataría por pisarte los talones. Por volver a beber por dónde empiezan esas agujas sin tacones, por emanciparme de nuevo a tu cuerpo, por recorrer las curvas del infierno, desde el semáforo de tus ojos a la punta en blanco de tus adentros...
Puedes faltarme pero no dejaré que te vayas.
Podré faltarte, pero sé que no escaparé de tu mirada.

Besaremos la mañana, nos sobrará cama, nos encontrará la suerte a los pies de una montaña de la que hacer aguas solo con la sátira de nuestras pisadas.
Y así, cuando llegue la escarcha, podremos echar la vista atrás para arrepentirnos de no pecar demasiado... ceniza, tormento, infructuoso intento de convivir entre lo esquivo, lo valiente y lo pasajero...
maldito deseo de luz, niebla de cieno, prisa por lo eterno.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Ahora que viene el mañana

Tú estás dónde no debes y yo... bueno yo solo tengo ganas de hacer lo que no debo...
Tú me das lo que yo quiero y yo... no me molesto en recordar lo que pierdo.
Tú, al final del camino. Tú, al final de mis dedos, de mis escalofríos, de mis deseos. Tú eres el nombre propio de mi lujuria. El verbo y la carne de un pecado que no tiene siquiera, por casa, el infierno.Y es que nuestro juego es como el diablo a la hora de guardar la luna.
Tú, que no me pintas sonrisas. Me das alegrías. Que incitas a mi corazón a movilizarse en una eterna protesta por no sentirse, punto y aparte.
Tú, que le enseñaste que el botón de rebobinar, en el momento adecuado, es el de avance por duplicado...
Tú que sabes enseñarme a soñar con unos besos reserva de amargos años, a luchar por unos momentos marcados por la envidia del sol y la luna... entre tanto eclipse de envidia y dulzura,... Descansa. Será la boca del mar la que te desvele entre tanto mañana, por la mañana.
Quizá haya vuelto a correr demasiado. Pero la delgada línea entre estar vivo y tenerte en el olvido pasa por emanciparme de tu recuerdo. Por vivir de nuevo, al borde de unos sueños de cristal que se rompen con solo quererlos...
Si una vez el hielo era la cama hecha fuego, ahora es limón en las heridas, sal en una flor de Liz y bohemia de noches oscuras de un pasado al que abrazarse cuando solo queda frío, lunas marchitas de brillo tenue y promesas rotas de vana felicidad ambigua.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Me gusta no saber que vendrá después, para jugar a imaginarlo, pero vivir improvisando tiene un entrenamiento diario, que puede acabar mal con un tedioso coste a largo plazo.
Por eso se junta el talento con el ingenio. Son las ganas y el hambre queriéndose comer este triste mundo en el que cada color que te marca no deja de ser un sucedáneo de grises apagados.

Porque para unos el arte es vida y para otros excusa de su propia ruína.
Antes quería ser la droga que calmara tus heridas. Ahora, me conformo con viajar de esquina en esquina, entre tiempos perdidas y desoladas al ralentí de tanta muchedumbre embobada.
Embobada con una caja a la que llaman tonta. Embobada con su propia desconciencia de un mundo no mejor, nada bueno y no tan pequeño.
Embobada con una sangre calma y sin aliento, a la que la fuerza se le pierde en mantener el pobre esqueleto al que las aves de rapiña dejaron en hueso.

Que hay que luchar y dejarse de tonterías, que la vida está muy cara para malgastarla en dos días.

domingo, 9 de septiembre de 2012

A pesar de que aún no he recorrido suficientes kilómetros, mis piernas aquejan flaqueza.
A pesar de que aún no he sentido todo cuanto me espera, mi corazón tiembla por tu ausencia.
A pesar de que cometimos errores prohibidos en este juego, seguimos siendo dos enemigos jugando a perdernos los besos que comiendo recuerdos nos clavan puñales en este maldito infierno al que decidimos someternos con tanto vacío intento por perdernos.

Ahí atrás

Camino entre tantas astillas del pasado que me siento como un viejo tren sin frenos, condenado a sentir los desprecios de unos recuerdos sucios y ligeros de sueños.
Y es que padezco de no aprender de mis miedos, a enterrarlos y ellos que, como demonios esperan el momento de venir a traer ebrios deseos a mis terrenos, tropiezo de nuevo en cada frente en el que sin querer pegarme por nada acabé perdiendo todo.