jueves, 31 de mayo de 2012
sábado, 26 de mayo de 2012
Entre nosotros
Tus labios son una excusa para disfrutar del placer. Tus ojos, una puerta para ver tú alma crecer.
Tu lengua acaba lo que tu boca empieza. Tus besos curan cualquier cicatriz inmunda.
Tus sueños anticipan lo que tu cuerpo desea. Y aunque sean dos camas no nos mata ni la estúpida pasión fría anclada en la triste distancia vacía.
Que lejos de cualquier destino, hay un mundanal ruido tras nuestros pasos. Intentó recordarnos un diario, pero nuestros hechos no se escriben a pedazos. Nuestros besos no le ponen excusas al calendario.
Tambien intentaron hechizarnos, pero en tu mirada hay embrujo aún como para parar al resto del mundo, postergar el tiempo a nuestro gusto. Hacer que las penas no tengan sabor amargo a infame disgusto.
Hay cosas más bonitas que un corazón moribundo lleno de razón, que el tiempo persiguiendo a su maldita sombra a través de la luz; más que el olvido desterrado junto al letargo de la cama, al muerto frío sinónimo de "vacío", que ya no era lecho, era martirio.
Y mira que en ese respiro de piel con piel, de sudor con pasión se curan hasta el más desgraciado de los quejidos, el más lamentado de los proscritos encuentra abrigo.
Pero el infierno llegó, tan cruel como el sol, en la hora que le toca vestirse del asesino de la luna. Y la pobre, aún sin haber quemado sus balas, no pudo más que soportar el trágico final que le aguardaba al alba.
Y mira que en ese respiro de piel con piel, de sudor con pasión se curan hasta el más desgraciado de los quejidos, el más lamentado de los proscritos encuentra abrigo.
Pero el infierno llegó, tan cruel como el sol, en la hora que le toca vestirse del asesino de la luna. Y la pobre, aún sin haber quemado sus balas, no pudo más que soportar el trágico final que le aguardaba al alba.
martes, 22 de mayo de 2012
No hay más sol que el que sale por tú mirada y se pone por tú cintura.
No hay más amor que tus espinas, pero verás, yo es que siempre fuí adicto a sufrir tú cariño.
No hay más sueños que el de la cama, con las sábanas empapadas a dos centímetros de nuestra piel. Y después tocará dormir sin contar estrellas.
Que total si quiero brillar, me pongo al reflejo de tus ojos, después del éxtasis loco que es cuando habita el desasosiego.
Así que verás, una noche juntos será como el Napalm. Nos tiraremos y arderemos hasta que llueva nena.
No hay más amor que tus espinas, pero verás, yo es que siempre fuí adicto a sufrir tú cariño.
No hay más sueños que el de la cama, con las sábanas empapadas a dos centímetros de nuestra piel. Y después tocará dormir sin contar estrellas.
Que total si quiero brillar, me pongo al reflejo de tus ojos, después del éxtasis loco que es cuando habita el desasosiego.
Así que verás, una noche juntos será como el Napalm. Nos tiraremos y arderemos hasta que llueva nena.
jueves, 17 de mayo de 2012
sábado, 12 de mayo de 2012
La crónica de una muerte anunciada se escribe cuando asesina la primavera el poco hielo que aún derrite mis pasos. Por eso echaré de menos el calor del invierno. Las hojas caídas de esos glaciares inmensos en los que no nadar, para no descubrir como morir al intentar llegar serán un buen punto de partida para no fracasar.
Deja de llorar otoño, que te quemas al sucederse el viento en el tiempo.
Que masticas un sentimiento aún más hambriento, de penas sin alimento, de malos alivios y extensos pagarés en cheques de escarcha y barro. Que lo de llevar efectivo encima nunca dio resultado a quien esconde su alma en fe de incidencias.
Porque si las pierde la caja negra avisa: yo no levanto acta de otro réquiem de corazón marchito.
Deja de llorar otoño, que te quemas al sucederse el viento en el tiempo.
Que masticas un sentimiento aún más hambriento, de penas sin alimento, de malos alivios y extensos pagarés en cheques de escarcha y barro. Que lo de llevar efectivo encima nunca dio resultado a quien esconde su alma en fe de incidencias.
Porque si las pierde la caja negra avisa: yo no levanto acta de otro réquiem de corazón marchito.
domingo, 6 de mayo de 2012
En este callejón se encierran dos y dos corazones que no saben de escribir con medias tintas cosas que se cuentan con saliva. Ahí vuelve la estúpida melancolía, el abrazo de Judas en tiempos de guerra fría, que acaba marchitando las almas que un día pusieron el anzuelo para no pescar razones, para dejar bajo llaves las emociones. Y resta el tiempo que no se suma adosado bajo una lágrima de mármol muerta de avaricia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)