lunes, 17 de septiembre de 2012

Quizá haya vuelto a correr demasiado. Pero la delgada línea entre estar vivo y tenerte en el olvido pasa por emanciparme de tu recuerdo. Por vivir de nuevo, al borde de unos sueños de cristal que se rompen con solo quererlos...
Si una vez el hielo era la cama hecha fuego, ahora es limón en las heridas, sal en una flor de Liz y bohemia de noches oscuras de un pasado al que abrazarse cuando solo queda frío, lunas marchitas de brillo tenue y promesas rotas de vana felicidad ambigua.

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