martes, 17 de enero de 2012

De como decirte que ya no te quiero, que no soporto seguir bebiendo de tus ojos,
de ver el sol caer por donde quiera que tu no estés, y seguir calado con este frío
tan de desconsuelo, de parte con hielo, y que no sea el glaciar entero el que 
quemando mi invierno abrase la primavera.


Y dejarme caer por los deseos de cualquiera...


No quieras engañarme con esos ojos azules, que aunque parezcan del cielo
se bien que con el demonio hicieron un pacto en el infierno. Y rojos a la noche
por la cortina de humo de tu deseo, siempre acaban en cualquier atolladero,
teniedo que elegir entre un tiempo muerto o un corazón que ni con injertos de azucar se desnuda
en el colchón de la noche, desas en las que las estrellas te recuerdan lo pequeño que eres
si no aprendes a no olvidar en cualquier fondo de cualquier cristal, ni hace falta que de carretera.

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