viernes, 20 de enero de 2012

Y nos mata la incertidumbre

Dicen que un gesto vale más que mil palabras.
Aún así somos tan burros que preferimos dejarnos los ojos en cualquier renglón sin Dios, con luces de noche y alterne, cuidad sin ley a la vuelta del callejón...

Pero nunca escojemos leer el silencio. Nos morimos por las tardes sin días,
las aceras sin clichés. Tardes que llegan lejos para no volver nunca. Ocasos sin fortuna cuando no sabemos mirar más allá del corazón.
Siempre hay miedo de aprender algo que pueda no decirnos nada. Y nos mata la incertidumbre.

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